Como hemos comentado con anteriores, hay muchos ejemplos de iluminación exterior que puedes llevar a cabo en tu casa. Con la llegada del calor, el buen tiempo y las altas temperaturas te apetece tener momentos ociosos al aire libre. Sin embargo, no hay que descuidar la iluminación de cada espacio, una de nuestras recomendaciones son las farolas de jardín.

La zona del jardín suele ser una zona de paso que debe estar correctamente iluminada. No solo se trata de permitir el acceso cómodo por la noche, sino dotar a este espacio de mayor seguridad. Por eso desde Vieco Iluminación te vamos a dar las razones para escoger las farolas de jardín como elección apropiada para ello.

Razones para escoger las farolas en el jardín

Hay varios factores que te hacen ver que las farolas se convierten en el mejor método de iluminación exterior que puedas elegir. Uno de ellos es cuando tu jardín es grande, de esta manera podrás distribuir las farolas a lo largo del perímetro. Puedes delimitar la iluminación evitando sombras en las zonas valladas o en paredes exteriores, siendo un elemento más de seguridad contra los intrusos.

Si los cables eléctricos que vas a usar van enterrados, es la mejor oportunidad para instalar farolas de jardín. Así no tendrás que sacar punto de luz en la fachada para colgar los focos. Si por el contrario no dispones del cableado adecuado, puedes escoger una farola solar. Esta solución tiene un panel fotovoltaico que permite acumular energía como una batería y cuenta hasta 20 horas de autonomía.

Si no tienes con grandes estructuras de altura que estorben, las farolas se transforman en el mejor método empleado para tu jardín. Aunque hay farolas bajas, también hay otras de gran altura. Por eso no podrás instalarlas debajo de ramas, arboles, toldos, cubiertas u otro elemento de cierta altura.

Elementos a tener en cuenta de las farolas

El tipo de iluminación también es una preocupación si escoges una farola de jardín. Puedes emplear cualquier tipo de iluminación desde LED a halógenos y fluocompacta. Todo dependerá del rendimiento que quieras sacarla, lo que quieras consumir y el tipo de iluminación que prefieras en tu jardín.

Lo mismo ocurre con el tipo de material, puesto que la zona climática del jardín podría ser determinante para decidir por uno u otro material. A tu disposición tenemos el acero inoxidable que es resistente a la humedad y al salitre de las zonas de costa; el hierro que es recomendable para lugares con mucho viento y sol; y los materiales plásticos que se convierten en la opción más económica pero podrían amarillear si escoger el color blanco.

Y a parte de todo ello, también cuenta el estilo de las farolas. Hay farolas clásicas que combinan con el hierro y el cristal para ambientes más rústicos y coloniales; hasta los diseños vanguardistas, modernos y originales más propios del siglo XXI compuestos por líneas rectas y angulosas. La decisión es tuya.