La pandemia nos trajo una modalidad de trabajo que hasta ahora está poco implantada en nuestro país. Son muchas las empresas que desde entonces han arriesgado por el teletrabajo como opción de trabajo a distancia. Lo que significa que debemos disponer de un espacio en nuestro hogar para realizar las tareas que hacíamos en la oficina. Y por supuesto, que esté debidamente iluminado.

A menudo no nos damos cuenta de la importancia que tiene la iluminación cuando trabajamos. De ella depende que no nos cansemos o que nuestros ojos se vean más o menos afectados. Si quieres descubrir todas las claves, desde la tienda online de Vieco Iluminación te descubrimos los secretos para saber cómo debe ser la luz adecuada en tu despacho en casa.

Claves para la iluminación en el despacho de casa

- Luz natural: la luz del día contribuye a mejorar nuestra productividad y grado de satisfacción. Siempre que sea posible, elige un espacio de trabajo con tanta luz natural como se pueda. Lo ideal es no dar la espalda a la ventana porque todo el reflejo llegaría justo a la pantalla del ordenador. La mejor ubicación es enfrente de la ventana.

- Iluminación general: en contra de lo que podíamos pensar, la mejor iluminación es la luz general. Conviene que ésta sea difusa, no haga sombras ni reflejos, sobre todo si trabajamos con pantallas. Es necesario que esté sobre el puesto de trabajo y no por detrás porque tú mismo crearás sombras.

- Apoyo de flexo: dependiendo de tu ubicación, tal vez no tengas alternativa que reformar esa iluminación general. Lo podemos hacer a través de un flexo que ilumine la zona de trabajo. Colócalo siempre en el lado contrario al que escribimos para evitar sombras, sobre todo si tienes que tomar notas de vez en cuando. Sería ideal que éste tuviera un brazo por encima de tu cabeza para estar centrado en la zona a iluminar. Apuesta por flexos lineales u otros capaces de regular la intensidad de la luz.

- Nivel de iluminación: debes saber que el nivel de iluminación mínimo para un escritorio o despacho es de 500 lúmenes. Si esta luz es demasiado baja, puedes acabar con tensión en los ojos, una falta de concentración y caída en la productividad. Ilumina tu zona de trabajo con una luz uniforme sin contrastes para evitar sombras y reflejos.

- Temperatura de luz: para oficina, despachos y zonas de estudio es preferiblemente elegir una luz fría de al menos 4000 K. Eso es porque esta luz brillante con alto contenido de azul te hará estar alerta, activo y mejorará tu concentración. Ideal para rendir bien en una jornada de trabajo o una buena sesión de estudio.